jueves, 8 de diciembre de 2011

La tejedora (segunda entrega)


- No podría decirle cuanto tiempo. Todo depende del material.
-¿Cómo?
- Pues serías varias sesiones donde usted me diga todas las mentiras que ha pronunciado para tener material suficiente para construir el vestido.
      La Reina pensó que tendría que contar todas sus mentiras.
-Pero no tienen que salir de este taller.
     Salió a prisa sin despedirse. Es curioso como los problemas llegan solos a esos seres extraordinarios como la Tejedora. En los días que se ausentó la Reina, buscó todas las formas para poder desarrollar la dichosa fibra de mentiras para tejer el vestido, esto la llevó a un camino por el que nunca se habría metido. Toco a la puerta de un loco inventor, este le mostró un aparato que desarrolló para grabar la voz humana, era el primer invento parecido a los acetatos o discos de vinil. Sólo tendría que hablar por una especie de corneta que en la punta tenia una fina aguja que iba rayando el vinilo y así lograría hacerlo. En los días posteriores se dio a la tarea de realizar una fibra muy delgada para que se rayara conforme la Reina fuera confesando sus mentiras.
     Dos de cada tres sesiones con la Reina, al salir, la Tejedora lloraba amargamente por cada atrocidad de la que se enteraba. En total fueron treinta pero, en la última llegó una señora pobre pidiendo auxilio, la Tejedora dijo que tendría que ser después porque estaba con una persona importante. Lo malo en esto es que la Reina escuchó la petición: Mi pequeña hija perdió la mano, me dijeron que usted puede tejer cualquier cosa, quiero que le teja una mano humana... Los ojos desorbitados de la Reina le hicieron entender que había escuchado. Se apuró con la reina y le dijo que en una semana estaría. Al salir del taller miró a la mujer con su hija y la mano vendada, solo suspiró.
    Al término de la semana no faltó a la cita. Se puso el vestido exclamando que era verdaderamente bello. Agradeció y pago una fortuna. Lo acariciaba, se veía en el espejo, sonreía. Era tanta la emoción que había olvidado aquella petición que tanto la había escandalizado. ¿Una mano? Sabía que había cosas posibles pero ¿una mano? pedir eso era de ignorantes, pobres. Es imposible, esos fueron sus pensamientos durante la semana. Y como ya habíamos dicho los olvidó con la gran belleza del vestido.
    Estaba por salir del taller, felizmente abrazó a la tejedora y al dar la media vuelta, notó que, en un rincón estaban unos pequeños dedos de niño... (continua) (1)
  

domingo, 4 de diciembre de 2011

La tejedora (primera entrega)


     Podía tejer mejor que cualquiera, era capaz de usar todos los materiales para construir artificiosamente todo tipo de prendas. Nunca nos damos cuenta que todo lo que llevamos puesto está entrelazado por hilos o fibras, como deseen llamarles. No es extraño que se llamen "tejidos" X o Z a todas las partes de nuestro cuerpo.

     Recibía pedidos de todo el mundo: personas ricas, pobres y famosas. Su sobrina pidió una bufanda de tela de araña, un famoso escritor un abrigo de letras, un vagabundo unos calcetines irrompibles, y muchísimas más peticiones.

      El primer problema fue una petición de la reina:

-Quiero un vestido hermoso de mentiras.
-¿Mentiras?
-Sí. Usted es la mejor, la más famosa. Dicen que puede trabajar con cualquier material.
- Sí su majestad... pero, las mentiras no tienen materia. No hay manera de hacer hilos o fibras con ellas.
- ¡Ese es su problema! Pagaré lo que sea.
- No puedo.
-...

     La sobrina de la famosa tejedora atinó a decir:

- Tía, su majestad la Reina, se refiere a un vestido de mentiras, no real, de mentiras, de "mentiritas".
- ¡Jajajajaja! Ahora, si que me has hecho reír.
- No seas irrespetuosa.
- ¿Cuánto tiempo necesita para terminarlo?
-...

   Pensó unos segundos en mil opciones, no sabía como resolverlo, pero conocía que el proceso para formar los hilos requería mucha materia prima. Esto, obligaba a la tejedora a solicitar ese material a la Reina, lo que le haría saber verdades que no quería saber. Lo peor es cómo transformaría esa materia inmaterial en fibras para tejer...    (continua)

jueves, 1 de diciembre de 2011

La mirada




No mires por arriba de tu hombro izquierdo, cuando apagues la luz al salir de un cuarto. Esa es la forma más cercana de ver tus peores pesadillas en vivo. Marcos me contó que cuando lo hizo vio a su mamá muerta, y lo peor es que, todo el tiempo venía esa imagen a su cabeza, era tan real, que incluso creía que su madre había muerto de verdad.
Pasado el tiempo se convirtió en un juego de niños. Los valientes se atrevían a hacerlo. Carlos vio a su perro muerto, el Gordo que le robaban su comida (todos reímos), José María que veía morir a su abuela y así... Yo no me atreví, en ese momento, inventé que le cortaban un brazo a la maestra.
Me atreví, estaba allí, era yo, me observaba cuidando no mirarme. No quise ver más. No por ahora. No vimos en una semana a Marcos. Esa semana le robaron el almuerzo a el Gordo y murió el perro de Carlos. Ambos cambiaron y dejaron de ser ellos.
Marcos llegó con la noticia de que había muerto su madre, en ese momento volteamos a ver a José María, sabíamos que moriría su abuela. Sonó su teléfono y gritamos. Era verdad, su abuela murió. Ellos esperaban ver a la maestra sin brazo, pero yo aun no sabía que pasaría, era mentira lo de la maestra.
Lo confirmé cuando salí corriendo de la escuela. Llegué a casa, entré y salí del cuarto, apagué la luz y miré por encima del hombro. No sé si ya había sucedido o estaba por suceder, empujé al gordo, su cabeza golpeó con una silla y murió. Me levantaba, miraba por encima del hombro, me cuidaba de no ser visto y salía corriendo.
Entendí que ya lo había visto...

sábado, 19 de noviembre de 2011

El espejo


Un día le dijeron que si se miraba al espejo, con una vela y en la oscuridad hasta quedarse dormida, podría entrar a través de él. Muchas noches lo intentó. No sin morirse de miedo, porque el riesgo era quedarse atrapado en el espejo. No poder salir nunca más.
La luz de la vela distorsionaba las imágenes, era de miedo verse desde esa perspectiva. Uno de esos día logró ver algo más que su rostro en el reflejo. Algo en el fondo se movía. Corrió asustada a meterse entre las sábanas.
Se obsesionó hasta descubrir qué era lo que se movía: parecía un hombre que, por instantes, entraba y salía del reflejo. Ya no prendía la vela. Fue inevitable, demasiado tarde, cuando supo qué era, ya estaba dormida. Al despertar, no se podía mover, pero lo sabía: era la mano del pintor la que se movía, y ella había quedado atrapada en la pintura.




jueves, 10 de noviembre de 2011

Rojo


A los cuatro años descubrió que las panaderías esconden secretos. No sólo venden pan. El niño trató de ver las conchas y panes al fondo de la vitrina. En el fondo había un espejo que le reveló una verdad. Se vio y se reconoció, y no sólo eso, entendió que su cabello era diferente al de todos los niños que conocía. Fue tanta la emoción, sorpresa y desconcierto que le dijo a su madre: ¡Mamá tengo el pelo rojo!


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Las pepitas

Había una señora que comía macarrones con queso todas las tardes. Tenía la creencia de que un día eso la volvería rica. Todo comenzó cuando despertó después de un accidente en bicicleta, nada grave, sólo se había desmayado. Un sueño o fantasía mientras "dormía" o permanecía desmayada. Ella, cuando niña, vio un comercial en la televisión donde anunciaban los macarrones, dentro del paquete se encontraba oro en lugar de queso, literalmente oro, pepitas de oro. En el sueño-fantasía, apareció la vecina que vivía en el departamento contiguo, quien encontró las pepitas doradas en la bolsa de macarrones. Esto le cambió la vida: vivió feliz.
Segundos antes de despertar, una mujer se acercó y le dijo al oído: busca las pepitas, te van a cambiar la vida.
Al despertar se dio cuenta de que la mujer era la vecina, la de las pepitas de oro.

viernes, 27 de mayo de 2011

Dramática




Mi mujer es completamente dramática, y no lo digo en el sentido que se le suele dar(por alguna extraña razón, la gente entiende que es sinónimo de "exagerada", esta acepción, cuando la "realidad" es peor que la ficción, a donde pertenece más esta palabra). El drama puede ser la acumulación de circunstancias que le ocurren a un personaje, una lucha de intereses que lo hacen moverse. Digo que es completamente dramática, por que busca siempre la practicidad en todo. Esto nos lleva al drama, ya que se enfrenta a la realidad, que es poco práctica, en ocasiones demasiado, basta realizar un trámite para saberlo. En la vida uno tiene que realizar distintas actividades, pagar cuentas, el super, etc., lo que implica movimiento, pero la vida está llena de obstáculos que retrasan dichas labores, hay que recordar un viernes de quincena en el coche para saberlo. A ella le gusta hacer todo lo que se necesita en un sólo viaje, aunque uno venga pujando para cargar la ropa y el super, mientras esperas tu numero en el banco, es tan lento que hay sillas. Sí hacer algunas cosas necesarias a veces es un martirio, la acumulación de las mismas, nos lleva a un gran drama.
Siempre está en boga de las cosas, remando contra la corriente de la mediocridad, la vida no le pasa, ella le pasa a la vida por encima. Lo que siempre resulta dramático.