jueves, 21 de enero de 2010

Silencio por favor!!!

Yadira decide emprender un viaje por la incomprensión familiar, emigra a otra parte de la ciudad, cree que podrá encontrar paz y comprensión. Resulta más complicado con el tiempo, los primeros meses, tal vez años, la euforia del sueño te mantiene en pie, la certidumbre de que llegarás a un lado, no se cual. La intención era encontrarse, darse forma, comprenderse de alguna manera. Encontrar un silencio para escuchar su voz interna...

Se encontró con vecinos que espiaban, otros que reclamaban por cualquier cosa, muchos sonidos que saturaban sus oídos, a demás de la incomprensión familiar que rugía como león a la distancia, llena de manipulación, agresiones y abusos, la verdad, nada nuevo que esperar de una familia de la que se sale huyendo, pensaba. Cada cosa tendrá su lugar, aún no sabe cuándo; como si ese fuera el lugar, la búsqueda perpetua, es irónico que su lugar sea la búsqueda. Un camino hilarante, un vacío, buscar silencio entre tanto ruido.

lunes, 4 de enero de 2010

Rarotonga

Vas camino a tu automóvil y de pronto descubres que las fuerzas de la naturaleza hicieron cosas increíbles: la ventana de tu auto intentó desprenderse por fuerzas magnéticas o algo así. Respiras, analizas las posibilidades, te dices: ¡Es culpa del calentamiento global, Dios mío resucitado, las puertas de los autos se desprenderán simultaneamente y todos moriremos! O: -Creo que necesito lentes- o -¡Malditas drogas!- o -Mmmhh... es causa de la reflexión de la luz, desde la perspectiva en la que estoy, hace parecer que la ventana del automóvil está separada unos centímetros, cualquiera con dos dedos de frente lo sabría- Continúas avanzando ingenuamente entre otras cavilaciones mas absurdas por no decir (idiotas), y descubres que no son las fuerzas de la naturaleza, ni los lentes, ni la reflexión de la luz, ni las drogas y ni Chucho parado vestido de china poblana... así es señores, es real.
La ventana de tu auto está separada unos centímetros. Cual Walter Mercado argumentas "Intentaron abrir el coche" bajas la mirada un poco y ves el seguro abierto, a lo que respondes cual Pepe Grillo "No, abrieron el coche" y demás tarugadas que se te ocurren, antes de aceptar que te jodieron sin que te dieras cuenta unos imbéciles ladrones de poca monta, (sí, por que hay ladrones chingones, como quienes roban camiones de valores custodiados por policías con armas desenfundadas, los de cuello blanco, lo que le roban al fisco y así sucesivamente).
Te subes al auto, ves que faltan cosas, la portesuela abierta, respiras y crees que no se robaron nada, te consuelas-se llevaron la chamarra que no me gustaba- volteas- chale mis lentes nuevos- otro giro -¡Nooooo, mis chambritas del taller de macramé y tejido!- y así sucesivamente... "ya me chingaron..." Imaginas el robo, cómo sucedió, y la rabia crece... te preguntas ¿por qué a mi? Si Chuchito empelotado que todo lo ve y todo lo juzga, no me dijo "Cabrón te van robar el coche" o algo por estilo, si no creo en él, que me diera una razón para decir "Este cabrón es un valedor a todas papayotas" pero no, uno dice "Este culero estaba viendo y el pinche corrupto no dijo nada, de seguro cagándose de la risa".
Deberiamos patentar como atracción turística los pinches robos que unos cabrones hacen el día que debemos usar SÓLO para honrar a Dios nuestro Señor. Además, esto le brindaría trabajo a miles de desempleados y la posibilidad de recuperar el turismo después de la influenza. Lástima, y lastima, que seguro también me roban la idea.